lunes, 27 de octubre de 2008

Tres generaciones de artesanos de San Vicente de Nicoya


En la fotografía aparece Doña Zoraida, la abuela, Maribel la hija y madre, y Luis Fernando hijo y nieto de esta familia de artesanos ceramistas de San Vicente del Cantón de Nicoya Guanacaste.



Algunas de las muestras en las cuales ellos tratan de innovar la técnica de aplicación de los curioles o pigmentos.



Luis Fernando, hijo de Maribel Sánchez Grijalba trabajando en el taller de San Vicente de Nicoya.



Maribel Sánchez Grijalba, importante promotora de las artesanías guanacastecas, quien ha participado en importantes exposiciones y eventos en el país y el extranjero.



Doña Zoraida Grijalba, una de las iniciadoras de arte tradicional de los pueblos guanacastecos de Nicoya y Santa Cruz.



Una de las piezas de Maribel Sánchez, con las técnicas e iconografía Chorotega.

La galería del auditorio Roberto Sasso Sasso de VERITAS se complace en auspiciar la muestra “Tres generaciones de Artesanos de San Vicente de Nicoya”, que se inaugura el 27 de octubre y se mantendrá abierta durante el mes de noviembre 2008. Es un espacio para apreciar la manifestación de los pueblos guanacastecos dedicados al arte ancestral de la cerámica, en el cual la familia Grijalba es un puente entre el pasado, presente y futuro de nuevas generaciones.

Tres generaciones de Ceramistas de San Vicente de Nicoya





Exhibición histórica
El arte de manufacturar utensilios ceremoniales y/o domésticos en barro y utilizar esmaltes naturales extraídos de los cerros, fue un legado de la cultura Chorotega que se estableció entre el Sur de Nicaragua y el Norte de Costa Rica. De esta etapa de la historia del arte regional provienen cerámicas que hoy son custodiadas por los museos valoradas por su preciosismo y figuración, cuando combinan formas puras y abstracciones animalísticas-, pero además, su fortaleza radica en el tratamiento de los esmaltes y la generación de los motivos iconográficos pintados en cada pieza.
Algunas comunidades guanacastecas y en especial la de San Vicente de Nicoya han continuado este arte autóctono, en las cuales se tiene como principal referente a la familia Grijalba.





Tres generaciones en un arte de resistencia
Doña Zoraida Grijalba (de setenta y séis años de edad), relata como sus padres hacían de la alfarería su modo de vida; comenta que en medio de esos soles abrazantes y las polvoredas que levantaban las brisas de aquellas distantes poblaciones nicoyanas y santacruceñas salían por semanas enteras con una carreta halada por bueyes a comerciar esa alfarería. Las piezas de esta artesana son utilitarias y no son decoradas, pues ella aprendió de sus padres un arte para la vida, para la jornada en la cual cocinar la tortilla, y refrescar el agua; ella con sus hijos y nietos se propusieron recuperar el legado impulsadas por el nuevo aire que experimentó el artesanado local durante la última parte del siglo XX, debido al incremento del turismo en la región.







Doña Maribel Sánchez Grijalva -hija de doña Zoraida-, es quizás de las más conocidas artesanas de esta zona del país, y que ha llevado su arte a muchas exposiciones dentro y fuera de nuestras fronteras. A la cabeza de un importante grupo de artesanos guanacastecos se propuso reinventar dicha herencia Chorotega introduciendo íconos de aquel imaginario en sus piezas, tratando de innovar los engobes y los curioles que sacan del cerro Curiol -que se localiza a espaldas de la comunidad sanvicentenna-, además, de mantener la técnica de fabricación por medio de rollos formados de manera manual.
Los hijos de Maribel -entre ellos Luis Fernando y Jonhny Sánchez Grijalba-, decidieron manifestarse con este arte a pesar de los problemas y desventajas con que tratan de sacarlos de la actividad, aún así ellos lo empujan en una especie de “arte de resistencia”, para que el gran legado Chorotega no desaparezca del imaginario nacional.






Características de la cerámica sanvicenteña
Reinventar la iconografía y técnicas de la cerámica Chorotega, pero realizada a mano; en otras poblaciones incorporan el torno eléctrico e incluso ante la dificultad de procesar sus propios pigmentos importan esmaltes del extranjero, perdiendo quizás la riqueza de la manifestación autóctona de utilizar sólo los materiales vernáculos; además, se proponen mantener la técnica de construcción de los hornos y una tecnología apropiada al lugar, a la cultura y a la necesidad de ser un puente entre las culturas desaparecidas y el futuro, para nuevas generaciones de artesanos guanacastecos.







Las "múcuras" o muñecas de cerámica son hechas por Maribel Sánchez Grijalba, eran utilizadas por los ancestros nicoyanos para llevar el agua a la milpa donde trabajaban bajo el sol abrazador de aquellas lejanas tierras guanacastecas.




Qué cosa más bella! No les parece? Digo, el cerdito, hecho por Doña Zoraida Grijalba, la abuela de la familia Sánchez Grijalba de San Vicente de Nicoya. Una de las características del trabajo d ela abuela es que las deja sin decorar, sus piezas son primordialmente funcionales, pues eso es lo que aprendió de sus padres, en tanto ella es el puente entre los ancestros y las nuevas generaciones.






































La Nación, Aldea Global del 28 de octubre 2008, nota de la periodista Andrea Solano.


Ancora La Nación del domingo 9 noviembre de Darío Chinchilla.